La última vez que Lupe pisó suelo peruano coincidió con la cumbre de la APEC. Es decir, arribó como líder mundial. Fue para estas fechas que pudimos conversar con ella. Se presenta a la entrevista en ropa cómoda y con vaper en mano. “¿Sabés que en Uruguay esto está prohibido y acá lo conseguís en la tienda?”, exclama divertida.
Es comunicadora y bailarina. Egresó de la carrera el año pasado y optó por tomarse un año sabático, “para mí, para crecer en mis redes, dedicarme a mi marca personal”, afirma. Su mejor amiga en Montevideo es peruana y le decía: “Oye, tenemos que ir a Perú. No sabes lo que es. ¡Es mágico!”. “Me trajo en febrero. Dicho y hecho: me encantó”, reconoce. Esa primera vez todo fue muy turístico y, como tal, hizo lo propio: Barranco, Máncora, entre otras cosas. “Lima es una ciudad animada. Y en el norte la vibra de la gente es espectacular”, añade.
La segunda vez que vino fue para conocer el mercado; empezaron a llamarla para eventos, conoció a sus pares influencers y realizaron contenido juntos. “A la gente le copa mucho el contenido de afuera, yo tengo mucha comunidad en Argentina, México y, ahora, Perú”, menciona.
Nació en Chile, pero se mudó a Uruguay a los diez años. Antes, estudió cuatro años de Odontología, hasta que dijo: “Esto no es lo mío”. “Estaba perdidaza. Era chica, salí del liceo, me iba muy bien en biología y había usado ortodoncia. Lo mejor es que luego hablé con gente y me dijeron que cambiar de carrera era algo normal”, alega. Empezó de cero. Se licenció en Comunicaciones con una tesis de publicidad, no sin antes hacer un intercambio estudiantil de siete meses en Barcelona. Le gusta bromear con que estudió en la universidad por ocho años.
Lo de regalarse un break y dedicarse a sus redes es casi una sanación. “Quería un respiro, porque la gente empieza a decir: ‘¿Y ahora? ¿El máster?’ o creen que las redes son un hobby. Y no, es algo en lo que trabajo todos los días”, reafirma. El baile, en cambio, sí es su pasatiempo. Explica que se desestresa con él y tiene como profesor al coreógrafo uruguayo Emir Abdul Gani.
Haber creado una comunidad le da fuerza. Este año, por ejemplo, tuvo problemas hormonales (acné) que afectaron su autoestima y recibió un gran apoyo de sus followers. Lo mismo pasó cuando contó sobre su cambio de carrera. “Que la gente se sienta representada con tus historias o que le sirva lo que vos estás contando es algo positivo para ellos y para mí también”, finaliza.
