Tiene veintinueve años y es una conquistadora de mercados. También las tiene claras. A los dieciocho ya pisaba Milán, donde estudió por tres años (2012 -2015) la carrera de fashion business en el aclamado Instituto Marangoni. Laboró en la ciudad italiana por cuatro años más en variopintos sectores de la moda y para marcas reconocidas.
Eso sí, desde 2015 Camila se había hecho de un nombre como diseñadora de su marca ‘The Last’. «Es algo que creció orgánicamente. ¡Fue todo un boom! Ahora me dedico más a la consultoría creativa, pero The Last me va a seguir acompañando», asegura.
Con lo de consultoría de modas empezó como freelance. Curiosamente, Marangoni, su casa de estudios, requirió sus servicios. «Mi primera clienta fue Musi Indacochea, quien era representante de Marangoni en América y Perú. Creé junto a ella el branding de su agencia que hoy se llama Studymilan y nos encargamos de promocionar la educación de arte, moda y diseño en escuelas como Modus Academy», dice.
Camila Basurco experimenta un éxito explosivo con su marca de moda "The Last".
«De pronto sentí el impulso de mudarme Asia», recuerda como si se tratara de una iluminación o llamado oriental. «No solo para ir de paseo o estudiar; sino para trabajar», añade. No la hizo larga. Un arrivederci agradecido a Milán y se mudó a Madrid donde ya residía su hermana.
Buscando oportunidades, se convirtió en consultora creativa de la firma francesa de calzado ASH en Hong Kong y de Mine Project Art Gallery. «Mudarse a Asia no es para todos, la cultura es distinta y puede chocar. Por suerte Hong Kong es una ex colonia británica y se habla inglés», cuenta.
La travesía profesional de Camila la lleva desde Milán hasta Shanghai, explorando y conquistando nuevos horizontes.
Era 2019 y una serie de manifestaciones contra en gobierno chino, en lucha de una mayor autonomía, se hacían cada vez más fuertes en Hong Kong. La represión policial era severa. «Se volvió peligroso estar allí. Me mudé a Shanghái», dice y se convirtió en embajadora de Marangoni en dicha ciudad. «Y sí pues, ya no se hablaba mucho inglés allí, lo que intensificó la experiencia», recuerda.
Hacia finales de ese 2019 dejó China —aunque en realidad sus cosas, sus maletas, estaban en su espacio madrileño — y aterrizó en Lima un 24 de diciembre para pasar Navidad con sus familia. Para 2020, el gobierno de Pekín cerró fronteras debido a la pandemia. «Si no me hubiera regresado me hubiera quedado allí por años. Tengo amigas que estuvieron cerca de dos años en Shanghái sin poder salir. Lo curioso es que yo debía regresar a Hong Kong. ASH me había renovado el contrato e incluso iba a trabajar de forma fija». Es cierto: China recién reabrió fronteras en enero del 2023.
En la pandemia y en Perú, le dio más cariño a su marca The Last. Pero en 2021 decidió abrir su propio estudio de consultoría de creatividad y moda: CBT Creative. «Hacemos campañas de marketing, sesiones de fotos o lanzamientos para empresas y personas que no necesariamente están relacionadas con la moda —refiere —. Hay que entender que la moda no solo le compete a los textiles. Ese pensamiento está out. La moda le atañe al wellness, a la hotelería o restaurantes también».
Este año está dispuesta a conquista Miami. «Vengo a abrir mercados. Busco que CBT Creative se posicione acá. Hacemos un curaduría muy cuidada con las marcas con las que trabajamos. Y la idea no es solo que crezca la agencia sino también yo. Mi meta es ser una representante de Latinoamérica en todo el mundo», finaliza.
Camila Basurco, experta en moda, expande su agencia CBT Creative en Estados Unidos.