Hace tres años, Alessandra Penny no imaginaba que la repostería sería su camino. Estudió Ingeniería Industrial y trabajó en una consultora, pero la rutina corporativa la frustraba. Durante la pandemia, retomó su amor por los postres, primero como un pasatiempo y luego como un negocio. Con esfuerzo, estrategias de marketing en redes y contenido viral en TikTok, su marca creció hasta el punto en que su primer taller colapsó por la alta demanda.
El boom llegó con sus cuchareables, postres en tápers hondos y listos para ser devorados con una cuchara, que se han convertido en un éxito en Lima. “No solo es el producto, sino cómo lo conceptualicé y lo trabajé en redes”, explica. Su creatividad la ha llevado a seguir innovando con nuevas presentaciones, como sus famosos volcanes de distintos sabores. “Siempre tenemos cosas nuevas. Me gusta que, cada vez que la gente lea nuestra carta, vea algo que no haya probado antes”, cuenta.
Hoy, Alessandra maneja dos talleres en Miraflores y Surquillo, pero su meta es consolidar la producción en un solo espacio y abrir más puntos de venta. Más allá de la repostería, está explorando el contenido personal en redes. Pero, si hay algo que no cambia, es su amor por el dulce: “Mi postre favorito es el tiramisú, pero de mis cuchareables, el de alfajor tiene absolutamente todo mi corazón”.

“Me gusta que, cada vez que la gente lea nuestra carta, vea algo que no haya probado antes”, cuenta Alessandra sobre su marca.