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Mariano Breccia: El hombre extremo

Uno de los grandes hitos en la historia deportiva de Mariano es haber cruzado el cráter del volcán Misti caminando sobre una cuerda de slackline. Publicado: 8 de enero de 2025

A veces Mariano pierde la cuenta de cuántos deportes practica. Tiene 42 años y en el canotaje lleva más de veintidós. En el buceo lleva quince. Calcula que se inició en el parapente desde 2004, deporte del que es instructor. El último campeonato en el que surcó los aires fue en el Festival de Aventura, Gastronomía y Turismo de Pachacámac, en 2013. Quedó tercero. En el montañismo, lo más alto que ha ascendido son los 6.057 m.s.n.m. del volcán Chachani, a 55 kilómetros al norte de Arequipa. En paracaidismo ha ejecutado 220 saltos hasta ahora. Tiene quince medias maratones y una entera, la de Buenos Aires, en 2018. Es fotógrafo y modelo. Quizá esas actividades también son deportivas, o Mariano las convierte en vértigo.

“Estudié Comunicaciones en la Universidad de Lima —dice —, pero cuando egresé estudié fotografía. Eso ha aportado en la generación de contenido”. Puesto que desde chiquillo ha realizado publicidades, la interacción con las cámaras y las luces permitió que se enganchara con la fotografía.

Por las rutas del Perú

Más trotamundos que corsario, abrió una agencia de turismo de aventura en el 2005, cuando ya tenía un año volando en parapente. Además, ya se había recorrido el Perú, inaugurando rutas nuevas. “Por ejemplo, el Camino Inca es un trayecto súper transitado para llegar a Choquequirao. Yo abría otras opciones. Guiaba a la gente por el nevado Salcantay para arribar a Machu Picchu”, afirma. “La idea era disfrutar de una naturaleza menos tocada por las personas”, añade.

Con los años, su agencia creció mientras, ya como instructor de parapente, volaba en Miraflores, Pachacámac o Paracas. También había espacio para estudiar: aprendió kayak en 2010. Un año más tarde participó en el Waruq’u Extreme en las cascadas de Huancaya. “Llegué a la semifinal, pero abandoné por una luxación en el hombro”, recuerda.

Más aventura

Sus deportes son, a veces, tan caletas, que tiene que mencionar referencias más citadinas, como para dummies: “¿Has visto que amarran esas cintas de árbol a árbol en un parque? Ya. Eso es slackline”, ilustra sobre la disciplina de equilibrio que busca caminar —y, ¿por qué no?, hacer piruetas —en una cuerda. 

Mariano fue más lejos. Se despertó un día con la ocurrencia de hacer slackline (o highline, según la altura) no en parquecitos, sino en apus. En 2013 batió el récord mundial de highline al cruzar los 5.222 metros del nevado Yanapaccha. 

En 2017, armó un grupo, acamparon en las faldas del Misti y subieron el volcán para montar un sistema de cuerdas en cráter. Se tardaron diez días entre idas y vueltas en implementar todo. Con el montaje dispuesto, caminó el diámetro del cráter del Misti. “Esa es mi creación, yo la orquesté”, saca pecho. Tremenda locura que le permitió anotarse otro récord. Cuando menciona esto, muestra con orgullo el libro Face your fear, escrito por el alemán Lukas Irmler, quien también fue parte de la proeza.

Con monumental hazaña, preguntarle si hace bici o por su etapa de modelo de publicidad parece un sinsentido. Para graficar, en 2023 protagonizó el remake del clásico comercial “¡Déjame uno!”. En otra publicidad icónica salió desnudo tapándose solo con una botella de gaseosa. Eso fue más trabajoso que retar al Misti.

Mariano lleva más de 22 años practicando canotaje, 20 años haciendo parapente y 15 años buceando.

220 saltos de paracaidismo ha ejecutado Mariano hasta ahora. Tiene, además, quince medias maratones y una completa, la de Buenos Aires 2018.

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