Este 2024, «se vienen tres colaboraciones increíbles en distintos rubros», asegura Tana sobre su marca de ropa Le Coquelicot. También se reencontrará con su canal de YouTube (a.ka. Le Coquelicot TV) que ha dejado en pausa hace más de un año, por carga laboral. «Retomaré esa conexión con mi público», agrega.
Así ganó fama: gracias al blog —sí, adivinó —Le Coquelicot, nacido hacia 2011, donde daba sugerencias de vestir e impartía su filosofía: saca la ropa a pasear así no sea su temporada; se malogra en el clóset. «Era mi hobby de dos post al mes», dice. Su trabajo real por entonces: head designer en la empresa textil Cotton Knit. «Le proponíamos diseños a clientes como Lacoste o Armani», cuenta.
Trabajando ganó la experiencia que no encontró en los institutos de moda limeños en los que estudió previamente, pues eran informales. «Mientras estudiaba, hasta viví una intervención de la policía: el instituto no contaba con títulos a nombre de la Nación», recuerda. Tras el sinsabor, llevó cursos en París y Milán.
Este verano sacó dos colecciones ‘Pradera’ con alma de campo. «Apuntamos a prendas que sigan gustando con los años, que se usen tanto en verano como en climas cálidos», afirma. La marca la lleva junto a su hermana y hacen trabajo sostenible para bajar su Huella de Carbono. Además, hacen labor social junto a Fundación OLI, con quien, a través de programas como ‘Ropa x Amor’ o ‘Barrigas contentas’, ayudan a zonas vulnerables.
«Apuntamos a prendas que sigan gustando con los años, que se usen tanto en verano como en climas cálidos»