Escorpiana, veinteañera y de mirada resuelta. Nació en Perú, pero ahora vive en Buenos Aires, tierra de su padre, donde estudia marketing. Sincera a lo porteña y reservada a la peruana, empezó a modelar en Lima a los catorce y su cuenta de Instagram es recatada en imágenes. «Me divierte estar en redes, es una vitrina para que me llamen a hacer fotos, pero tengo que balancear: me enfoco en mi vida», dice Alessia.
Como hija única y teen model, el recelo paternal estuvo presente. «Al inicio, como era chica, mi mamá me acompañaba a las sesiones de fotos. Me daba vergüenza, pero me las tenía que bancar —recuerda —. Sigo modelando, pero mi vida actual es estudiar y entrenar».
En Baires practica en RockCycle, una modalidad de ciclismo indoor que practican Madonna o Lady Gaga. También ha degustado el yoga y el pilates. Su flamante hobby es el crochet, recomendación de TikTok. «Al tejer lo haces con las dos manos y eso hace trabajar ambas partes del cerebro. Puedo hacerlo mientras veo una serie», dice. Si algo le atrae es la psique humana. Cuando acabe su carrera se debate entre viajar a Europa o estudiar psicología.
Y claro, cual chica socrática, es creyente del cuerpo y mente ejercitado y ágil. En febrero, leyó con fervor Cien años de Soledad y ya saboreó de cabo a rabo la saga de Harry Potter. «En el cole no leía tanto. Nos obligaban, así que lo veía como una tarea postergable», confiesa.
«Con decir que mis padres tenían que certificar en una cartilla si yo había leído veinte minutos al día. No había de otra: las chicas falsificaban las firmas», cuenta riéndose. Post palomillada, ya en secundaria, leyó Como agua para Chocolate de Laura Esquivel y The Great Gatsby de Scott Fitzgerald.«Me encantaron», sentencia y así empezó su romance con la palabra escrita. Hoy lee de todo.
El amor de pareja no le es esquivo, conoció a su flaco bonaerense en la universidad. «Cuando pisé Argentina, fue el primer chico que conocí». Llevan casi un año y ya tuvieron un periodo a distancia cuando ella vino a veranear a Perú por tres meses, hasta hace unas semanas. Igual, no expone mucho su relación en redes, y al hablar de ellas teoriza otra vez sobre la mente humana:
«Las redes hacen que te compares en exceso y no estamos preparados para ver tanta vida ajena y contrastarla con la nuestra. En el pasado apenas y tus referentes eran tus vecinos y amigos. Ahora ves a chicas de quince compararse con Kendall Jenner, que ni siquiera tienen una vida real. Eso genera inseguridades», apunta Alessia.
Los museos, el teatro y el cine son cosas que la inspiran de la capital argentina. Divertida, camina segura y con ganas de volar.