Sus amigos la molestan con cariño. ‘Mi modelito favorita’, la halagan unos. ‘Asu, ya te crees, ¿no?’, le dicen otros. Y claro que también llegan las felicitaciones. Las bromas y las palabras de aliento le llueven cuando se reencuentra con sus ex compañeros del Liceo Naval Almirante Guise en la casa de alguno de ellos. Hasta las mamás de estos le dan sugerencias en su carrera como modelo. ‘No dejes de hacerlo’, ‘ponte las pilas’, le recomiendan. Recibe cariño a granel.
Desde niña quiso modelar. Se vislumbraba en las campañas de la marca de ropa Kidsmadehere. Se arriesgó a escribirles y le respondieron ipso facto: haría la sesión de fotos soñada. «Me emocioné demasiado e inmediatamente les dije que sí», confiesa. También envió el mensaje positivo de la marca al chat grupal de su familia. ‘Te lo mereces’, le respondieron con algún sticker de felicitación. Le recomendaron que no sea tímida, que subiera más contenido a sus redes para que así otras agencias la convocaran. De eso, hace un poco más de un año.

El 13 de diciembre cumplió la mayoría de edad. Acaba de terminar el segundo ciclo de Arquitectura de Interiores, una carrera que también había contemplado para su futuro. «Ya me había decidido por ella desde que era chiquita», reconoce. Ya ha aprendido a hacer planos y se divierte. El primer ciclo saco un ponderado de 17.8 y en el segundo mantuvo sus buenas calificaciones. Aplicada es. «Llevé seis cursos. Es muy fuerte, pero le doy con todo», agrega.
No cae en la tentación de procrastinar. «No me gusta. Si alguna vez lo hago siento que me voy a abrumar». Sabe que para repartirse entre el modelaje y las clases de la universidad todo es cuestión de organización. Incluso dedica tiempo para reunirse con sus amigas. «La verdad es que soy extrovertida, así que no me gusta quedarme en mi casa», afirma y suelta una risa. También le gusta pasar el tiempo con sus dos hermanas mayores. Si le preguntan por chicos y crushes, responde con un rotundo ‘naaaaa’. Una pareja aún no cuadra con sus tiempos.

Veranear sí está en su agenda. La temporada pasada se instaló en la casa de playa de sus tías y amigas en Asia. En Lima era inubicable. Su madre le reclamaba con un ‘¿ya?, ¿cuándo vas a venir a ver a tu familia?’. Solo regresaba a la ciudad para lavar la ropa y siempre con la piel más bronceada. Este verano verá qué sale. No miente cuando afirma que no le gusta ser sedentaria en su hogar y que prefiere trotar por el mundo.
Dice que cuando acabe la universidad, planea abrir su propio estudio de arquitectura de interiores, «con algún futuro socio que aún no sé quién podrá ser», menciona divertida. En su voz se percibe que le sobra energía para alcanzar sus metas. Van con todo.
