Eran sus terceros Juegos Olímpicos y habían tenido que pasar tres intensos años de preparación (pero más del quíntuple de experiencia) para que Stefano se hiciera con el bronce ese 7 de agosto de 2024 en la modalidad de vela dinghy masculina en las aguas de Marsella. Ese día, su jornada en el Medal Race duró más de tres horas. El australiano Matt Dearn ya se había asegurado el oro días antes gracias a sus puntos. Habían cancelado dos regatas el 5 de agosto y en el día definitivo el viento no soplaba ni silbaba. Se realizó una prueba y en ella el pe-ruano fue rezagado por el británico Michael Beckett, lo que lo dejaba sin medalla. “Por suerte esta prueba se anuló. Sea la fortuna o Dios, al final es lo que es. En todos los campeo-natos se anulan pruebas. No es que mi caso haya sido un milagro en un millón”, cuenta Stefano.
En la nueva carrera no se sentía muy rápido como en otros días. De hecho, el 1 de agosto, al final de las dos primeras regatas de competencia, había quedado primero. Fijó entonces su objetivo: “fui a agarrar al inglés”, recuerda. Y lo logró. Se aseguró de que Beckett quedará décimo y él noveno, lo que gracias a su colchón de puntos permitió que llegara al podio. La última vez que un peruano pisó uno, Stefano no había nacido. Pero ese dato no lo asustó. Lo alentó.
TODAS LAS VERSIONES DE PESCHIERA
Stefano es velerista con espíritu de ajedrecista. El mar es su damero. “Esto es como jugar una partida de ajedrez por la estrategia que implica, pero sin mucho tiempo para pensar y con 180 pulsaciones de ritmo cardiaco”, asegura. También es experto en el clima. Podría dar reportes del tiempo. Desde adolescente llevó clases intensivas de meteorología; ahora predice la dirección del viento con solo mirar la superficie del mar. Es, también, su mejor versión. Por último, es un gran narrador. El mejor cronista de su pro-pia aventura.
[PARTICIPAR EN UNA REGATA] ES COMO JUGAR UNA PARTIDA DE AJEDREZ POR LA ESTRATEGIA QUE IMPLICA, PERO SIN MUCHO TIEMPO PARA PENSAR Y CON 180 PULSACIONES DE RITMO CARDIACO
Tres semanas antes de la inauguración de París 2024, Stefano se había establecido en la casa de unos conocidos suyos en Torbole, una localidad de Italia bañada por el Lago di Garda, uno de los más bellos de dicho país. Allí entrenó y coincidió incluso con la también velerista peruana María Be-lén Bazo (de hecho, ella le recomendó el refugio). Su idea era aclimatarse a Europa y su huso horario. Con los Juegos a punto de empezar, dejó Torbole y, junto a su entrenador, Luis Miguel Camino, tomó su van rumbo a Marsella. “Ese vehículo es como mi minidepartamento en Europa”, menciona. Y sí. Allí están sus maletas y una cama de madera que él construyó a mano. Ya en Marsella reconoció el lugar, le designaron una embarcación, entrenó y se enfrentó a un dilema: ¿ir o no ir a la inauguración en París, a tres horas en tren desde Marsella? C’est la question.
A VER, PRIMERO, ¿CÓMO TE FUE CUANDO LLEGASTE A LA MARINA DE MARSELLA?
Ya en Marsella se formaron como sectas de entrenamiento. Entrené con el italiano, el noruego, el neozelandés y el inglés. Mi grupo fue uno de alto entrenamiento; estaban los mejores y fue una oportunidad para medirme con ellos. En las prácticas me sentí muy rápido.
ENTONCES, TASASTE IN SITU A MATT WEARN, QUIEN FINALMENTE LOGRÓ EL ORO.
No solo ese día. Lo vengo tasando hace diez años. Y él a mí [risas]. Ambos nacimos en el 95, solo que él empezó en el Laser antes que yo. A toda esa gente ya la conocía. Por ejemplo, con el noruego [Hermann Tomasgaard] y el italiano [Lorenzo Chiavarini] ya había coincidido desde la Sub 21 en 2014, donde quedé tercero. Me di cuenta entonces de que, con esa gente, con esa generación, en algún momento me iba a cruzar en los Juegos Olímpicos. Pero sí, estudié a Matt Wearn, noté que su bote no era muy rápido en popa y debía quedarme cerca de él. Por cierto, tengo una anécdota con su entrenador. Te la cuento más adelante.
"YA EN MARSELLA SE FORMARON COMO SECTAS DE ENTRENAMIENTO. MI GRUPO FUE UNO DE ALTO ENTRENAMIENTO; ESTABAN LOS MEJORES Y FUE UNA OPORTUNIDAD PARA MEDIRME CON ELLOS. EN LAS PRÁCTICAS ME SENTÍ MUY RÁPIDO".
¿NO IR A LA INAUGURACIÓN FUE PARTE DE TU ESTRATEGIA?
Una semana antes de ir a Marsella me topé con Mariano Reutemann, un exolímpico argentino de windsurf, que me dijo: “Te recomiendo ir a la inauguración. Te va a liberar estrés y a no estar metido en la monotonía del día”. Lo tomé en cuenta. Cuando llegué a Francia, lo consulté con mi entrenador, mi padre y mi psicólogo, Giacomo Scerpella. Llamé a uno por uno. Para colmo, había algo respecto a mi padre que no me habían contado.
¿QUÉ PASÓ?
Cuando llamé a mi padre, no me contestaba. Necesitaba saber su opinión sobre si ir o no a la inauguración. Mi papá es el asesor secreto de mi campaña. Me hace pensar y recapacitar sobre las cosas que al final decido. Juega a veces al abogado del diablo. Al final pude hablar con él y me dijo: “Haz lo que tú decidas”. Cuando colgué, aún no sabía que estaba internado de emergencia en Madrid y que había salido de una operación a la vesícula. No me enteré de eso hasta mucho después. No me lo quisieron decir.
CLARO, PARA QUE NO PIERDAS LA CONCENTRACIÓN.
La cosa es que los días previos le había prometido a María Belén y a Florencia [Chiarella] que iba a ir a la apertura. Ya tenía mis pasajes en tren hacia París y saldría a las 6 a.m. Pero la noche anterior anuncié que me quedaría. Y todos: ¡¿Qué?! Y es que la pensé y me pregunté: ¿a qué he venido? Y me respondí: estoy acá para hacer mi trabajo, para cumplir mi objetivo. Vi la inauguración desde un televisor montado en la bicicleta del gimnasio. Ni siquiera acabé de verla porque no me gustó mucho.
"ES PROBABLE QUE ASISTA A LOS JUEGOS DE LIMA 2027 O A LOS ÁNGELES 2028. ¿POR QUÉ NO BUSCAR LA [MEDALLA] DE ORO CUANDO SÉ QUE TENGO EL POTENCIAL Y EL APOYO?".
AH, VERDAD. EL FESTÍN ORGIÁSTICO.
Sí, un contenido polémico. Apagué la tele y seguí entrenando. ¿Y sabes quiénes se quedaron conmigo en Marsella? Pues los que quedamos en-tre los mejores quince. Esos días de competencia, Stefano seguía rutinas estrictas: alimentarse con huevos revueltos para el desayuno y complementarlos con cereal y frutas, activación en el gimnasio, un tazón de pasta a las once de la mañana y al mediodía afrontar una re-gata en la que cargaba consigo geles, agua y barras de cereal. Después de la competencia, con la rigidez imperando, le dejaba la tarea de soltar cuello y espalda a su fisioterapista. Para sus piernas bastaba con sus manos. “Yo mismo me las masajeo —explica —. Mi autoconocimiento es tanto que sé cuánta presión debo ejercer en el músculo; si las suelto demasiado, se pueden sobre relajar y entonces no rindo”.
¿QUÉ HAY DE LA ANÉCDOTA CON EL ENTRENADOR DE MATT WEARN?
Al día siguiente de que quedé primero, me senté a almorzar en el restaurante del hotel. Se me acercó a conversar este entrenador, un español muy experimentado [Rafa Trujillo, medalla de plata en Grecia 2004]. Muy hablador él, me dijo: “Tú eres más talentoso que Matt; tienes mejor mano. Pero te falta la madurez para ser consistente con tu técnica”.
¿CÓMO TE SENTISTE CON ESAS PALABRAS?
Me dieron confianza. Me hizo saber que estaba allí porque me lo merecía. La cabeza tiende a autosabotearse mucho. Te hace pensar que tú no perteneces a ese grupo y que nadie te conoce. Pero también puede decirte: todos saben quién soy y se mueren de miedo. Esa es la fortaleza.
¿QUÉ TANTO TE APOYAS EN TU ENTRENADOR?
Es mi amigo, sabe de vela y hace que esté tranquilo durante las competencias. Es lo que necesito. Me ha ido bien con él. No es una coincidencia. Es una diosidencia, como le llamo. Jugamos Play y truco, un juego de cartas.
CUANDO LLEGASTE A PERÚ, SE TE VEÍA EN LA TELE CARGANDO CONTIGO LA MEDALLA. ¿ESTABAS CÓMODO CON ELLO?
Me pedían que la lleve. Por mí la dejaba en mi casa. Pero sin medalla no era nada [risas]. Ya estaba acostumbrado a cómo son los medios desde que fui abanderado en los Panamericanos de Lima 2019. Pero esta vez fue elevado a la potencia. La gente me reconoce en la calle, mucho más. Nunca me niego a una foto o a recibir halagos. Es importante que haya más referentes con valores en esta sociedad que está confundida. Es importante que quede claro que logramos las cosas porque somos peruanos; no a pesar de ser peruanos.
SE HABLA MUCHO DE TU RETIRO. ¿LO HAS CONSIDERADO DE VERDAD?
Lo he pensado. Pero en el Sudamericano de marzo anunciaré mi plan. Es probable que asista a los Juegos de Lima 2027 o a Los Ángeles 2028. ¿Por qué no buscar la de oro cuando sé que tengo el potencial y el apoyo?